domingo, 21 de diciembre de 2014

EN DEFENSA DE LA CIENCIA

El año 2014 se termina y queremos hacerlo hablando en defensa de la Ciencia. Esta vez, sin género.

Desde que empezamos este blog, nos acompaña un logo que reza: SIN CIENCIA NO HAY FUTURO. 


El pasado 17 de octubre, aniversario de la muerte del insigne don Santiago Ramón y Cajal, María Vallet Regí, una de las mujeres investigadoras más brillantes que tenemos en este país, hizo una apasionada defensa de la Ciencia y de lo necesaria que es para cualquier nación. Con el permiso de Gabriel Celaya, nos mostró que la Ciencia es un arma cargada de futuro pero necesita ser cuidada. Necesita que se crea en ella. Necesita de hechos, no de bonitas y huecas palabras. La Ciencia ni puede, ni se merece estar a expensas de créditos extraordinarios para sobrevivir (ya que ni para vivir dan...) como ocurrirá a lo largo del 2015. En una imagen surrealista, me imagino a una investigadora desahuciada de su laboratorio mientras otro investigador le ayuda a sacar sus pocos enseres (probetas y matraces) porque nadie pudo pagar la hipoteca que pesaba sobre esa casa llamada Ciencia...

El texto que se reproduce a continuación, fue la aportación de María Vallet Regí en la reunión del 17 de octubre en defensa de la Ciencia. Buena lectura.

Buenas tardes a todos,

Me ha pedido Carlos Andradas que participe en este acto, a pesar de ser viernes por la tarde y de que estoy segura de que podríais estar en sitios más divertidos. Pero también creo que cualquier esfuerzo que hagamos en apoyo de la Ciencia merece la pena. Me gustaría ser capaz de explicaros lo importante que es para la sociedad el trabajo que hacemos, sobre todo cuando conseguimos los objetivos que perseguimos.

En nuestro grupo investigamos en biomateriales y en nanotransportadores inteligentes de fármacos. Voy a intentar explicar que son:

Los biomateriales son piezas de repuesto para nuestro cuerpo. Son materiales implantables, por tanto tienen que ser compatibles con nuestro organismo. Y en la actualidad es posible sustituir casi todas las partes de un cuerpo humano. Teniendo en cuenta que la discapacidad física y la edad están estrechamente ligadas, durante los 10 primeros años de vida la necesidad de sustituir partes dañadas del cuerpo humano es casi nula pero cuando se alcanzan los 80 años, el porcentaje puede llegar a cotas muy elevadas.

Hoy en España la esperanza de vida para las mujeres es de casi 87 años (86,8 ) y la de los hombres de más de 81 (81,3 ). Y va en aumento hacia una subida espectacular en los próximos años. Por tanto, las noticias son buenas y malas a la vez. Buenas porque la mayoría de la gente prefiere morirse cuanto más tarde mejor. Malas porque todavía hay mucho camino por recorrer en el mundo de los biomateriales, y porque el incremento del coste de la asistencia médica es elevadísimo. En cualquier caso, alargada la vida, el objetivo es vivir en buenas condiciones, tanto en el terreno social como económico o sanitario. Y si disponemos de piezas de recambio hay esperanza no solo de vivir más años, sino de vivirlos con buena calidad de vida.

Y esto es lo que nosotros estamos intentando investigar en el laboratorio. Sobre todo en sustitutos óseos para aplicaciones en traumatología y en maxilofacial.

Desde siempre han sido necesarios implantes para  múltiples problemas relacionados con los huesos, y no sólo en edades avanzadas, también en niños y jóvenes como consecuencia de accidentes de todo tipo. Y en odontología, a cualquier edad se necesita una reparación o sustitución de dientes. El objetivo que se persigue al utilizar biomateriales es salvar vidas, mejorar la calidad de vida, reducir el sufrimiento y contribuir a llegar en mejores condiciones al final de nuestra vida. Por tanto, hay que investigar y desarrollar biomateriales para lograr las soluciones idóneas a cada problema, no sólo de los huesos, sino de cualquier parte dañada del cuerpo humano que necesite ser sustituida, reparada o regenerada.

La otra línea de investigación en la que trabajamos es en nanopartículas para combatir el cáncer. Para ello fabricamos nanotransportadores inteligentes que son pequeñísimas partículas cargadas con citotóxicos, y con una superficie decorada con moléculas que las hagan invisibles a los macrófagos y selectivas hacia las células a las que queremos que lleguen. Como símil, podemos imaginar que son caballos de troya que entran en las células enfermas, y que una vez dentro de ellas, el caballo abre sus compuertas y los citotóxicos salen. Para que esto sea posible, hay que dar un estímulo al caballo en el momento adecuado, es decir cuando esté dentro de la célula enferma. Por eso los llamamos inteligentes, porque no sueltan su carga hasta que no reciben la orden de hacerlo. El estímulo es como la llave que abre la puerta para permitir que salgan los fármacos. La ventaja principal de estos nanotransportadores para combatir el cáncer es, en primer lugar  su selectividad, en segundo lugar que utilizan dosis infinitamente pequeñas y por último y como consecuencia de lo anterior, que se reducirán muchísimo, o tal vez totalmente, los efectos secundarios de la quimioterapia tradicional.

En efecto, si  conseguimos llevar a buen puerto la investigación que estamos haciendo se reducirán muchísimo las dosis de citotóxicos necesarias. Pensar que en quimio hay que dar mucha dosis para que llegue la necesaria a los tumores, ya que el conjunto de la que se suministra se reparte por todo el cuerpo. Con los nanotransportadores la aplicación es local, lo que reduce a mínimos las dosis necesarias, que irán directamente a matar sólo a las células cancerígenas. El tamaño de estos nanotransportadores es muy pequeño, de entre 100 y 200 nm. Para hacernos una idea de lo pequeño que es podemos pensar que el diámetro de un pelo mide 80000 nm, o que el canto de una hoja mide 100000 nm. Nuestro objetivo principal en esta línea de trabajo es llegar a diseñar un nanosistema selectivo, esto es, que llegue solo a donde hace falta, a las células cancerígenas, que reduzca las dosis a mínimos y que libere los citotóxicos cuando reciba un estímulo para hacerlo. Y voy más allá, cuando este nanotransportador se utilice en clínica habitualmente para combatir determinados cánceres. La ciencia de hoy es la tecnología de mañana, y para lograrlo es imprescindible la investigación.

Cuando hablo de investigación no hablo de hacer publicaciones sólo para engordar el Currículum Vitae, eso son “publicaciones de kiosco”, ni tampoco hacer más de lo mismo, “publicaciones de salón”, ni tampoco juntar a varios grupos de investigación, por buenos que sean, bajo un proyecto para seguir haciendo cada uno lo mismo, con independencia de lo que hace el resto, porque terminará siendo “una torre de babel”, sino de una investigación de calidad dirigida a resolver problemas concretos de nuestra sociedad.

Y hoy, aniversario de la muerte de Ramón y Cajal, es un buen día para recordar y reconocer que los enormes avances que se han producido en el campo médico, desde la instrumentación, los biomateriales, los fármacos, la anestesia, las vacunas y ahora la nanotecnología, han logrado hacernos vivir mejor y con menos dolor. Y esto no ha sido gratis, esto se ha logrado con mucha investigación. Si queremos seguir progresando hay que seguir investigando, y para ello es fundamental que desde las instituciones correspondientes se financie y apoye la investigación, porque CON CIENCIA HAY FUTURO.


En tiempos de crisis se hace más necesario que nunca ser optimista para seguir luchando, para seguir creyendo en lo que se hace. Por ello, más que un SIN CIENCIA NO HAY FUTURO apostemos por un CON CIENCIA HAY FUTURO.

¡ Feliz y próspero MMXV !

jueves, 11 de diciembre de 2014

CLARA IMMERWAHR


En este año que ya se acaba se cumplen 100 años del inicio de la Primera Guerra Mundial. Hace unos meses, hablamos del papel de dos brillantes científicas durante esta guerra: Marie Curie y Lise Meitner. Hoy veremos la figura de una gran química olvidada: Clara Immerwahr.

Todo el mundo conoce la controvertida figura del químico alemán Fritz Haber. Este destacado químico desarrolló, junto a Max Born, un proceso para la síntesis de amoníaco y también sería el terrible padre de la guerra química al desarrollar por primera vez gases venenosos para su uso bélico durante la Primera Guerra Mundial. Él sería el marido de nuestra científica Clara Immerwahr.

Clara Immerwahr (1870-1915) fue una química alemana. Desde pequeña se mostró como una estudiante despierta y entusiasta, fundamentalmente de los temas relacionados con las Ciencias de la Naturaleza. En aquella época las mujeres tenía vetado el acceso a la Universidad y Clara Immerwahr se ve obligada a empezar sus estudios de maestra, donde presenta grandes actitudes para la Química. Después de completar su formación trabajó como institutriz, dando clases particulares, pero mantenía una lucha para obtener el permiso necesario para poder presentarse al examen preliminar y acceder a la universidad. En el curso 1895-1896 las maestras fueron finalmente autorizadas a asistir a las clases en la Universidad de Breslau, eso sí, como visitantes. En 1898, Clara Immerwahr se convirtió en la primera mujer en Alemania que aprobó un examen diseñado para elevar los estándares en la formación de químicos profesionales (el difícil examen conocido como Verbandsexamen). El 12 de diciembre 1900 se le otorgó el doctorado en química física con la calificación de magna cum laude. Su tesis era un estudio de la solubilidad de las sales metálicas, realizadas bajo la supervisión del profesor Richard Abegg. Ella se convirtió así en la primera mujer en recibir un doctorado en química en una universidad alemana. 

Después de trabajar como asistente de laboratorio con el profesor Abegg, con el rango más alto posible para las mujeres, Clara Immerwahr trabajó brevemente como investigadora en Clausthal y fue varias veces invitada como comentarista en las presentaciones orales de las tesis doctorales. Sin embargo, comienza a sentirse una extraña en los círculos universitarios dominados por los hombres.

En 1901, Clara Immerwahr se casa con Fritz Haber. Clara Immerwahr pensó que iba a ser capaz de combinar su matrimonio con una carrera científica. Sin embargo, pronto se encontró que las demandas de organización de una casa por parte de un marido ambicioso por establecer contactos y un embarazo difícil le supusieron una gran carga para seguir adelante con sus pretensiones investigadoras. Aún así, ella colaboró ​​mano a mano con su marido en su investigación y sobre todo en la elaboración de un libro de texto sobre la termodinámica de las reacciones en estado gaseoso. Fritz Haber lo publicó en 1905 y lo dedicó a su "amada esposa, la señora Clara Haber, Ph.D., con agradecimiento por su silenciosa colaboración". Todo su trabajo quedó reducido a un simple agradecimiento como esposa y colaboradora silenciosa…

A partir de este punto, la carrera de Fritz Haber empieza a subir como la espuma y el matrimonio empieza a resentirse. La ruptura final se produce con el inicio de la Primera Guerra Mundial y el posicionamiento de Fritz Haber hacia el desarrollo de nuevas armas. Horrorizada, Clara Immerwahr salió en abierta oposición a su trabajo, condenando esta "perversión de los ideales de la ciencia", como "un signo de barbarie, la corrupción de la propia disciplina que debe aportar nuevas perspectivas sobre la vida". La respuesta airada de Fritz Haber fue acusarla en público de hacer declaraciones traidoras a la patria. 

 El 22 de abril de 1915 se realizó el primer ataque con gas en el frente de Bélgica. Se produjeron más de 5000 bajas. Fritz Haber volvió a casa como un héroe. El 2 de mayo se organizó una fiesta en su honor y esa misma noche la pareja tuvo una fuerte discusión. En la madrugada del 2 de mayo Clara Immerwahr tomó la pistola de su marido y se dirigió al jardín. Allí se pegó un tiro. Sólo su hijo Hermann oyó el disparo y alertó a su padre. Ese mismo día Fritz Haber viajó al frente oriental para continuar con la guerra química. Nunca hizo ningún comentario sobre estos hechos.

El legado de Clara Immerwahr comenzó a llamar la atención de la opinión pública alemana en la década de 1970. Los historiadores y activistas comenzaron a investigar la mujer notable que terminó con su vida en protesta contra la profanación de la Ciencia. Se inició una serie de artículos y una biografía completa de Gerit von Leitne. En 1991, la sección alemana de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear denominó a su premio más prestigioso, el Premio Clara Immerwahr. Varias Universidades alemanas han establecido premios en reconocimiento a la labor de esta científica, como el Clara Immerwahr Award de la Technische Universität Berlin.

lunes, 1 de diciembre de 2014

BECAS L'OREAL-UNESCO 2014

El pasado 26 de noviembre, el programa L’Oréal-UNESCO For Women In Science, hizo público las cinco premiadas en España con una beca de investigación dotada con 15000 euros. Este premio es un reconocimiento a una carrera investigadora sólida y con relevancia. La cinco premiadas de este año son: Elisa Antolín, Ana Belén Hungría, Eva Pellicer, Rocío Ponce y Leticia Tarruell.



Elisa Antolín. Doctora en Ciencias Físicas, en la actualidad trabaja en el Instituto de Energía Solar (Madrid). Su proyecto de investigación se centra en crear un nuevo tipo de células solares capaces de absorber toda la energía que desprende un rayo de sol. Esta investigadora, que en la actualidad se encuentra embarazada de su primer hijo, reclama medidas para que las mujeres puedan asumir una responsabilidad familiar sin tener que apartarse de la investigación y se muestra incierta ante su futuro. “No sé cómo voy a compaginar ambas cosas, hay muy pocas ayudas”. Se muestra decidida al exigir que se cumpla la ley y que la comunidad científica tenga sensibilidad hacia las obligaciones familiares de las mujeres. “Aunque nos cueste reconocerlo, la discriminación intelectual hacia la mujer no está totalmente erradicada”.

Ana Belén Hungría. Doctora en Ciencias Químicas, en la actualidad es investigadora con una beca Ramón y Cajal en la Universidad de Cádiz. Su proyecto de investigación se acerca a una realidad donde la sociedad sea independiente del petróleo. Estudia cómo sustituir este combustible por hidrógeno, mucho más sostenible. “La solución pasa por dedicar financiación y por la participación de las grandes petrolíferas”. Interesada en frenar el cambio climático, durante su tesis doctoral contribuyó al diseño de nuevos sistemas para descontaminar los gases de los tubos de escape de los coches. “La carrera científica está pensada por hombres que no tienen obligaciones familiares”, explica contundente y añade que cuidar a sus hijos y ocuparse de su trabajo le resulta muy difícil, a pesar de que su pareja es totalmente paritaria. “A diferencia de otros países, las jornadas de trabajo en España no permiten conciliar la vida familiar, no concuerdan con el horario escolar”.

En una entrevista en diarioabierto.es, habla sobre su investigación y la concialiación familiar en estos términos:

diarioabierto.es: Es sabido que los recursos fósiles son finitos, pero… ¿hay previsiones con respecto a cuántos años faltan para su extinción?
Ana Belén Hungría: No es fácil estimar una cifra concreta. Se pueden hacer previsiones, pero al encontrar cada cierto tiempo nuevos pozos, esas estimaciones cambian.
diarioabierto.es: ¿Cómo se obtiene el hidrógeno?
Ana Belén Hungría: Se puede obtener de muchas formas. Una de ellas, es a partir del agua, por ejemplo, ya sea por electrolisis o utilizando, por ejemplo, un fotocatalizador. Hoy día, el hidrógeno que se utiliza proviene principalmente del reformado de hidrocarburos, por ejemplo, a partir del metano.
diarioabierto.es: ¿Y qué lugar ocupan en ese proceso de reformado de hidrocarburos los catalizadores objeto de su investigación?
Ana Belén Hungría: Casi todas las reacciones químicas necesitan la presencia de un catalizador para acelerarlas. Los catalizadores que investigamos en mi grupo eliminan el monóxido de carbono (CO) contenido en el hidrógeno obtenido a partir de hidrocarburos. Ese CO podría envenenar los electrodos de la pila de combustible en la que a partir del hidrógeno obtenemos energía eléctrica, por lo que es preciso eliminarlo selectivamente antes de que llegue a ella. Para eliminar ese CO hay que oxidarlo a CO2. Con la presencia del catalizador adecuado, conseguimos oxidar selectivamente el CO al CO2 en presencia de hidrógeno.
(…)
diarioabierto.es: ¿Cree que las investigadoras ocupan los puestos de responsabilidad que les corresponde?
Ana Belén Hungría: Es evidente que hay muchas menos mujeres que hombres en los puestos de responsabilidad, algo que ocurre en la ciencia, en la política, en las empresas… ¿Por qué? Hay factores culturales, sociales… Yo, con dos hijos de tres y cinco años, estoy muy sensibilizada con la conciliación. La carrera científica está hecha para gente sin cargas familiares. Son muchas horas de laboratorio, hasta muy tarde, viajar al extranjero con estancias de dos a tres años, acudir a congresos internacionales como mínimo una o dos veces al año… Para poder hacer eso, el sistema te debe permitir conciliar, y tienes que tener una pareja que concilie. Por tanto, hay mujeres en la ciencia que optan por otras vías para desarrollar sus vidas profesionales. Otro factor puede ser que lo similar llama a lo similar. Si la presencia masculina en los órganos de dirección es mayoritaria, a la hora de incorporar a alguien nuevo, la inercia puede conducir a perpetuar esta situación.

Eva Pellicer. Doctora en Química por la Universitat de Barcelona, en la actualidad es investigadora con una beca Ramón y Cajal en la UAB. por su trabajo en la búsqueda de alternativas energéticas verdes a los combustibles fósiles tradicionales (petróleo). Fueron sus profesores en la Educación Secundaria quienes animaron a Eva Pellicer a decantarse por la ciencia en un momento difícil para ella. A la edad de 16 años, le diagnosticaron artritis reumatoide crónica, una enfermedad degenerativa que actualmente le provoca una minusvalía del 67%. “He desarrollado una fuerza de voluntad para seguir adelante a pesar de todo”, asegura. Aunque debe vencer el dolor y el cansancio y no puede pasar estancias largas en el extranjero, la doctora se toma su enfermedad con filosofía positiva: “Lo miro como una oportunidad para dar un mensaje a la gente de que no desista en lo que le guste”. Su postura es muy crítica hacia la situación de la mujer. “No existe igualdad. A pesar de que existen muchas estudiantes, cuando escalas en la carrera investigadora hay muy pocas mujeres, sobre todo en puestos de decisión”.

Rocío Ponce. Doctora en Química por la Universidad de Málaga, durante toda su carrera ha perseguido crear una tecnología no dañina para el medio ambiente. La premiada científica invertirá los 15.000 euros en continuar con la búsqueda de materiales orgánicos (polímeros) que sustituyan a los utilizados por la tecnología actual, caros y poco ecológicos. “Podríamos llegar a cubrir las ventanas y paredes de nuestras casas con células solares transparentes y flexibles y cubrir los coches para que se autoabastecieran de energía". Siguiendo con su investigación, con respecto a las placas solares flexibles, la investigadora comenta, “La principal será un menor coste. Se podrán fabricar células solares y dispositivos electrónicos mucho más baratos que los actuales de silicio. Al utilizar materiales moleculares y polímeros, que al fin y al cabo son plásticos, se podrían depositar en cualquier superficie: sobre sustratos que sean flexibles y también transparentes. Por ejemplo, se podrían cubrir las ventanas y las paredes de las casas de células solares y las carrocerías de los coches. Podrían incorporarse a casi cualquier arquitectura. Además, como serán más baratas, se podrán llevar a las zonas menos desarrolladas.” Con respecto a la situación en España de la investigación, comenta cual fue su situación, “El peor momento de mi carrera lo viví al terminar mi estancia postdoctoral, cuando quería permanecer en España. Me encontré con que no tenía ninguna opción aquí y me planteé desarrollar mi carrera en otro sitio”. Sin embargo, consiguió permanecer en el país. Por último, también deja claro su pensamiento respecto al papel de la mujer en ciencia, al señalar la difícil conciliación familiar: “Tengo que sacar horas donde no las hay y hacer malabares”

Leticia Tarruell. Es líder del grupo junior de Instituto de Ciencias Fotónicas de Barcelona. Especializada en física cuántica, experimenta para crear nuevos materiales. Su trabajo de investigación se ha convertido en el primer experimento en España de construcción de materiales artificiales utilizando el gas de átomos "ultrafrío". La científica persigue simular materiales con átomos a temperaturas próximas al cero absoluto. A pesar de sus conocimientos y su talento, Leticia afirma que en España no podría haberse desarrollado profesionalmente. “Sin la oportunidad de quedarme en París para hacer un máster orientado a los átomos fríos, nunca habría seguido investigando en ese campo”, explica. Leticia, que destaca por haber creado el grafeno artificial, un material que promete muchas aplicaciones, corrobora que no hay muchas mujeres que ejerzan en su campo.