Lugar y fecha de nacimiento: Bilbao, 1978.
Formación académica: Licenciada en veterinaria por la Universidad de León en 2003, obtuvo un doctorado por la Murdoch University (Australia) en 2011.
En 2003, esta intrépida mujer decidió ir tres meses a Indonesia como voluntaria en los centros de rescate de animales salvajes. Lo que inicialmente iban a ser tres meses, se ha acabado transformando en más de diez años. ¿La razón?...Lo que vio y vivió allí la dejó impactada.
Karmele Llano Sánchez se ha convertido en la directora ejecutiva de la Yayasan IAR Indonesia (IAR, International Animal Rescue) una ONG británica dedicada a la defensa de la vida salvaje. En su caso, centra su acción en los primates. Resumir su labor es complicado pero se puede decir que divide su actividad entre los dos centros: el de loris y macacos en Bogor y el de orangutanes en Ketapang. En la actualidad coordina el trabajo de más de 70 personas que trabajan en los dos centros. Además, siendo la coordinadora de los equipos médicos integrados por cuatro veterinarios y dos asistentes. A todo esto hay que sumar el trabajo administrativo: buscar subvenciones y colaboraciones tanto estatales como privadas, dar a conocer su trabajo,…
En su lucha por salvar a los orangutanes, Karmele Llano Sánchez ha puesto al descubierto un problema mucho mayor y más complejo. Las islas de Sumatra y Borneo están sumergidas en una auténtica debacle medioambiental por culpa de algo tan ecológico y moderno como es el biodiesel…
La culpa parte de la industria de la palma aceitera, un árbol africano que ha sido exportado al sudeste asiático y está acabando con las selvas de la zona. Este aceite de palma se utiliza para hacer biodiésel, un término completamente equívoco. La supuesta menor contaminación de esos combustibles está originando un desastre ambiental, porque la deforestación brutal y la quema de los bosques para plantar la palma ha provocado un aumento global de los gases invernadero. A causa de la brutal deforestación, los orangutanes, están perdiendo su hábitat y son cazados con más facilidad: matan a las madres y utilizan a las crías como mascotas… Con respecto al biodiesel, la propia veterinaria afirmó lo siguiente en una entrevista en Eroski Consumer (agosto 2007): “La mayoría de los biocombustibles son más dañinos para el medio ambiente que los propios combustibles fósiles. La obtención de aceite en grandes cantidades que pueda suplir las necesidades energéticas del mundo desarrollado supone la producción de monocultivos que devastan las selvas, acabando con toda la biodiversidad de los ecosistemas más ricos del mundo. ¿Cómo se les puede llamar a estos combustibles bio?”
En una entrevista a El Informador (marzo, 2012), Karmele Llano Sánchez cuenta este estremecedor relato sobre la situación que atraviesan muchos animales salvajes. “A mediados de 2009, conocí a Jojo, una de las historias que más me han impresionado”. Jojo era un orangután que tenía doce años y se había pasado más de una década encadenado por el tobillo a un palo, sin techo, encima de un desagüe y con una cadena de sólo treinta centímetros. Karmele Llano Sánchez llegó hasta él porque los colegas de una ONG, compadecidos, le pidieron que le tratara. Jojo había crecido por encima del grillete de su pierna, de manera que el cepo se había hincado en la carne, haciéndole una herida bastante profunda. Esta luchadora veterinaria le quitó el hierro y le curó, pero, como no había ningún centro de rescate en la provincia, después no tuvo más remedio que ponerle la cadena en el otro tobillo y dejarlo allí: “Nunca olvidaré su mirada de súplica…”. Karmele Llano Sánchez conseguió financiación para crear un nuevo centro, esta vez en Borneo. En estos años han rescatado más de cincuenta orangutanes, entre ellos a Jojo, que ahora vive en el refugio.
Todo su trabajo fue reconocido en 2007 con el Premio Naider Acción y Compromiso.
En el siguiente vídeo, ella misma nos cuenta su experiencia con la lucha por salvar a los orangutanes: