Lugar y fecha de nacimiento: Barcelona, 1935.
Formación académica: Doctora en Ciencias Biológicas especialista en bacteriología marina.
Aunque en la actualidad se encuentra retirada profesionalmente, esta destacada investigadora posee una gran proyección internacional y todavía sigue ligada a la difusión y estudio de la investigación.
Esta investigadora ha desarrollado toda su carrera en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Después de licenciarse en Ciencias Biológicas en la Universidad de Barcelona, en el año 1960, con Premio Extraordinario, entró a trabajar en el Instituto de Ciencias del Mar. Años más tarde, siendo ya Profesora de Investigación del CSIC, especialista en bacteriología marina, fue su directora. Su pasión por el estudio de bacterias en condiciones de ambientes extremos la llevó a interesarse por el continente antártico y, en 1984, se convirtió en la primera mujer española que participaba en una expedición internacional en esas tierras heladas. Ese año, Antoni Ballester, Josefina Castellví, Agustí JulIà y Joan Rivera se liaron la manta a la cabeza y sin apenas medios se fueron por su cuenta y riesgo a la Antártida. Buscaban un lugar adecuado para establecer una posible base española en el continente blanco. Para describir la situación basta con indicar que un grupo de investigación polaco les cedió una tienda de campaña… Poco después, el gobierno quiso que España entrara en el Tratado Antártico y financió la construcción de la primera base, que fue inaugurada en 1988.
Además de su talento científico, Josefina Castellví ha mostrado a lo largo de su carrera científica excelentes cualidades como gestora de investigación. Esta capacidad le permitió ser inicialmente Delegada del CSIC en Cataluña (1984) hasta convertirse en Directora de Coordinación de la Presidencia del CSIC (1986). Uno de sus proyectos más importantes llegó en la temporada 1987-88 cuando se encargó de la coordinación la instalación de la Base Antártica Española Juan Carlos I en la Isla de Livingston. Posteriormente, entre los años 1989 y 1994, ejerció su jefatura. Toda esta importante labor de coordinación y gestión fue finalmente reconocida y Josefina Castellví fue nombrada gestora del Programa Nacional de Investigación en la Antártida (CICYT) a nivel estatal, responsable de la coordinación de los proyectos científicos internacionales llevados a cabo en ese territorio. En 1994, y tras diez campañas en la Antártida se despidió del continente helado, como ella misma expresó en una entrevista al periódico El Mundo (diciembre de 2013): “Los jóvenes debían tomar el relevo”.
Entre los premios recibidos se pueden destacar:
Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya (2003).
Premio Esteva Bassols: "Senyora de Barcelona" (2005).
Català de l’Any (2013).
En esta misma entrevista al periódico El Mundo señalada más arriba, Josefina Castellví habla de cómo su padre, médico de profesión, siempre le habló de la importancia de cursar una carrera universitaria: «Nos decía (a ella y su hermana) que él no tenía ningún fábrica o negocio que nos pudiera traspasar, sólo conocimientos, por lo que consideraba que su obligación era que tuviéramos un medio de vida propio para que fuéramos totalmente autónomas. Si luego decidíamos no trabajar en esa carrera era nuestra responsabilidad. Y eso era revolucionario hace 50 años». También habla de sus inicios como bióloga marina de la mano de Antoni Ballester:”Era joven y mujer. No me hacían ni caso pero Antoni creyó en mí.”
Para conocer más sobre esta brillante investigadora recomiendo la lectura del libro “Yo he vivido en la Antártida” (Galaxia Gutenberg – Círculo de Lectores, 1996) escrito por ella misma. Además, para conocer la odisea en la Antártida de estos héroes capitaneados por Antoni Ballester, el documental Los recuerdos de hielo (2013), dirigido por Albert Solé se hace indispensable. De la sinopsis de la película he rescatado estas palabras: La historia de Josefina Castellví es la de una gran epopeya vital como pionera, mujer y científica, pero es también una historia llena de interrogantes sobre el futuro de la utopía antártica. Los recuerdos de hielo es también la crónica de una despedida. Después de 25 años sin haber pisado su paraíso perdido, Josefina regresa a la Antártida para verla por última vez. La película recoge este viaje físico y emocional por uno de los paisajes más hermosos del mundo. Puedes echarle un vistazo al tráiler aquí:
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